Luis Astrana Marín: “Si Cervantes no hubiera venido a Esquivias, no existiría el Quijote.”
Fernando Díaz-Plaja: “Se han fundido en un tipo que se llama como el auténtico quizá Quijada, quizá Quijano y acabará denominándose D. Quijote. El pueblo donde nació es Esquivias, pero ya la pista era demasiado clara para completarla con ese detalle. Será un lugar de la Mancha de cuyo nombre...”
Emilia Pardo Bazán: Esquivias fue “el único de la tierra donde el autor del Quijote conoció la calma y la ventura muy corta, según su propia confesión, pero ventura al fin íntima y completa. Allí amó Cervantes, fue correspondido y se unió a su mujer que había de ser su compañera hasta que sus cuerpos descansen por voluntad expresa de su esposa, reunidos en un mismo sepulcro. Cervantes dio con su cuerpo en Esquivias en un momento que señala nuevos rumbos a su azarosa existencia, y la reparte en dos periodos tan agitados y activos como fecundos en adversidades, siendo Esquivias el oasis, el descanso al pie de la palmera y junto a las cisternas de frescas aguas, entre la doble extensión del abrasado arenal. Mas, en medio de los dos periodos largos y terribles, Cervantes paladeó la dulzura de esa copa de miel que consuela y hace olvidad cualquier dolor”